EL VALOR DE UN INSTANTE

HÉCTOR A. GIL MÜLLER

Esperar, Recordar, Reflexionar y Disfrutar son comportamientos que se han disminuido como consecuencia, posible, de la rapidez con que se pasa la vida, y no solo por su naturaleza, presa del tiempo, sino por nuestras propias acciones.

Vivimos en un mundo extraño, ya no sabemos si estamos en un cambio de era, o en una era de cambios, es posible que consumas alguna bebida con saborizante artificial de limón y que uses jabones que tienen auténtico jugo de limón, es una sociedad difícil a veces de entender, y te quiero invitar a que reflexiones sobre algo, algo tan simple como una vela de cumpleaños. Quizá en tu infancia las velas de cumpleaños se apagaban mientras pedias un deseo. Debía ser algo bueno y rápido, la vela se reusaba en muchos cumpleaños, no había que gastarla mucho, había algunas cajas de galletas que las habrías esperando encontrar en ellas algún bocadillo y encontrabas las velas de cumpleaños pasados.

Hoy en día las velas que se utilizan para los cumpleaños ya no son de cera, son imposibles de apagar, resultan desechables. Tienen alguna especie de pólvora que hace tener fuegos artificiales justo en el momento, y eso es lo que quiero pedirte que reflexiones; quizá el valor de lo simple, el valor de lo sencillo, el valor de la espera, se está perdiendo en una sociedad que quiere vivir rápido, en una sociedad que quiere tener algarabía, intensidad en lugar de profundidad, en una sociedad de consumo, donde ya pocas cosas se pueden guardar, en una sociedad donde cada vez reparamos menos y cambiamos más.

Esta necesidad de consumo, de acelerarse y ya no detenerse no necesariamente está mal, vivimos en un  tiempo privilegiado, nunca antes la humanidad pudo hacer lo que con tanta comodidad hacemos día a día, pero si esta sociedad te están quitando el derecho a esperar, el derecho a reflexionar, el derecho a tomarte el tiempo para disfrutar, entonces algo estamos haciendo mal, yo te invito a que disfrutes cada momento, a que encuentres el valor de cada instante, por más rápido que este sea, observa, disfruta, quédate con imágenes en tu mente más que en tu celular para que cada uno de los momentos especiales que tengas en tu vida, los puedas atesorar y guardar, como aquellas velas, que hablaban de los cumpleaños de tu infancia, y que sepas, que sepas que las velas, no solo son la intensidad de un fuego, que ni calienta ni alumbra pero si brilla constantemente delante de ti, sino que las velas es el testimonio de una sociedad que esperando algo simple, encontraba algo de valor.

Yo soy Héctor Gil Müller, y estoy a tus órdenes.

 

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