#MeToo, movimiento que acaba con el silenciamiento social

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El “Me Too Movement” (Movimiento yo también) se enfoca en mujeres jóvenes que han sido víctimas de abuso, agresión o explotación sexual. Fue impulsada por la activista Tarana Burke en 1996 cuando escuchó el testimonio de abuso de una niña por parte de un familiar y no pudo hacerle frente.

La página web de UNAM Global señaló que el movimiento se hizo viral en las últimas semanas luego de que la actriz Alyssa Milano tuiteara alentando a las mujeres que habían sido acosadas o abusadas sexualmente a que usaran el hashtag #MeToo.

Desde esa publicación, el hashtag se usó en más de 1.2 millones de tuits y las mujeres de todo el mundo lo están usando para compartir sus historias de acoso y abuso sexual.

En ese contexto, Nelly Lucero Lara Chávez, doctora en Ciencias Políticas y Sociales por la UNAM, señala que la violencia de género hacia las mujeres es un hecho que acontece en la vida de todas y se manifiesta de diferentes formas. Denunciarla en campañas como la de Me Too implica la salida de ellas al espacio público y su inserción a los espacios laborales, lo que ha presenta un rechazo por el orden social genérico: el patriarcado.

Para la doctora Lara, el patriarcado ha llevado a la devaluación de las mujeres por parte de los hombres en el espacio público, “se piensa que por naturaleza nuestro lugar para vivir y desarrollarnos es el hogar”, pero cuando intentan ingresar al espacio, que se supone es dominado por los hombres, se encuentran con el rechazo hacia ellas. “Se burlan o se piensa que no estamos capacitadas para estar ahí y es cuando se da el hostigamiento erótico y social”.

Este hostigamiento erótico y sexual es parte de la dinámica que implanta el patriarcado: “se nos estaría exigiendo la reproducción del espacio doméstico, se espera ser amorosa, apoyo incondicional y la conyugalidad, pero las mujeres no nos vamos a estar comportando de la misma manera que en el espacio privado”.

Referente a las denuncias que personas públicas han hecho sobre casos de acoso y abuso que han sufrido y por las cuales han sido criticadas, la especialista señaló que las mujeres cuando hacen una denuncia en el espacio público se pone en duda su palabra. Se duda más sobre ellas y se exige que comprueben sus fuentes “lo que emana de su pensamiento o sentir que no tiene valía”. Necesitamos una transformación de comportamiento, “deben dejar de vernos como un objeto de fácil apropiación” y más como sujetos autónomos que pueden decidir.

Asimismo, considera que hay formas de violencia que la sociedad no quiere admitir o que no quieren reparar porque plantea una modificación subjetiva. Sin embargo, afirma que si no se da esta transformación será muy difícil que la sociedad tome como un hecho válido que las mujeres se pronuncien en el espacio público.

“Cuando una mujer habla siempre se le cuestiona tanto en el hogar como en los medios de comunicación, si ese modelo no se transforma las mujeres seguiremos en el silenciamiento social y cultural y otro tipo de problemáticas no aparecerán a la luz”, advierte.

Considera que Carmen Aristegui es una mujer que abre los micrófonos para tratar estas problemáticas y que difícilmente abordaría un hombre en los medios. “La incorporación de las mujeres a los medios plantea un cambio radical de la perspectiva mediática y en los contenidos que se reproducen en ellos”.

Para la experta en temas de género, los medios de comunicación, como estructura empresarial, siguen dirigidos por hombres y se nota en los contenidos de los programas, pero cuando las mujeres están ahí los contenidos se modifican y se empiezan a tratar temas diferenciados que rompen o causan polémica y ahí está el cambio fundamental.

Nelly Lara señala que para poder dar un cambio cultural y dar una lectura distinta de nuestros entornos debemos estar informados y tener contacto con otras formas de entender la realidad porque si no sólo nos convertiremos en reproductores y reproductoras.

Nuestro entorno también nos debe brindar elementos para dar esos cambios y los medios de comunicación son uno de los ejes fundamentales, porque “es través de ellos que se reproducen los estereotipos de cómo ser mujer y hombre, se debe empezar desde ahí”.

Finalmente, señala que la denuncia pública de las mujeres nunca se da en el vacío, para poder llevarlas a cabo es importante tener el apoyo de otras, por eso se da en un medio de comunicación dirigido por una. “Es importante que todos los cambios se den en conjunto, una mujer sola difícilmente logra dar el salto, pero cuando descubrimos que hay un movimiento que empieza a ser soporte para otras mujeres, es ahí donde se da la posibilidad de denuncia pública, que es estructural porque atraviesa todos los países y todas las condiciones sociales de las mujeres”. (UNAM GLOBAL)