Combaten con nanopartículas la epilepsia

Gabriel Luna Bárcenas, investigador del CINVESTAV Querétaro, presentó ante especialistas alemanes y mexicanos su trabajo con nanopartículas metálicas. (Foto: Diana Saavedra) 

Un equipo multidisciplinario del CINVESTAV trabaja en el desarrollo de nanopartículas metálicas que han permitido reducir entre el 60 y 80 por ciento los ataques epilépticos en ratas. 

Mediante el uso de nanopartículas metálicas, científicos mexicanos han logrado reducir entre el 60 y 80 por ciento los ataques de epilepsia en ratas, lo que implica un importante logro y avance para ayudar a futuro a tratar esta condición.

Gabriel Luna Bárcenas, investigador de Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (CINVESTAV) Querétaro, explicó que la creación de nanopartículas se realizó bajo el liderazgo de una de las más reconocidas investigadoras en epilepsia farmacorresistente, Luisa Rocha, también de la institución pero de la sede Sur.

“Hay varias fases en la crisis epiléptica, y con el uso de las nanopartículas se redujo entre 60 y 80 por ciento la crisis. Es muy significativo el resultado”, comentó al Foro Consultivo Científico y Tecnológico, luego de su participación en el Simposio Fronteras de la Ciencia, organizado por la Max Planck Society y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACyT) en el Museo Nacional de Antropología.

Luego de presentar el trabajo ante colegas internacionales, el investigador precisó que para la investigación han estado probando nanopartículas de titanio, oro, cobre y plata, todos metales que hacen viable el transporte de las moléculas del medicamento en ratones susceptibles a padecer constantes ataques epilépticos.

El trabajo, también presentado en la revista internacional Nanomedicine, se ha realizado exclusivamente con ratas, lo que ha probado que el principio científico es correcto, pero para llevarlo al humano aún es necesario seguir la trayectoria de comercialización en humanos, primero se tiene que ver la posible toxicidad, aunque al ser nanopartículas es mínima, pero también se debe revisar el uso de químicos, la viabilidad y valorar estrictamente los efectos secundarios que, como todo tratamiento, podrían existir.

“Estamos hablando de nanotecnología. El polvo que hacemos es importante para impregnarle el medicamento para que funcione como acarreador, sin esta estrategia, la sola medicina es posible que se pierda en el camino, esto por las diferentes barreras de protección en el estómago, cerebro y demás regiones en el cuerpo”, comentó el investigador.

Hasta el momento, las nanopartículas de metal han sido muy eficientes para engañar esas barreras naturales del cuerpo, llevando la medicina al sitio donde ésta se requiere de forma eficiente, por lo que ahora la idea es abundar en el trabajo científico para hacer al final un estudio en humanos.

“Hay que destacar que es un esfuerzo 100 por ciento hecho en México, con el apoyo de muchas instancias y donde participaron médicos, químicos, biólogos, nanotecnólogos mexicanos.

“Sin duda hemos tenido apoyo, el liderazgo de Luisa Rocha, quien hizo toda la parte biológica, con el apoyo del Instituto Nacional de Rehabilitación, del Hospital Siglo XXI, tenemos becas del CONACyT, este es un ejemplo claro de que se pueden hacer las cosas”, detalló Luna Bárcenas.

Nanopartículas, resultados incipientes

La alemana Katharina Landfester, especialista de investigación en polímeros del Instituto Max Planck, comentó que una de las grandes promesas de los nanocompuestos en el mundo es, precisamente, llevar medicamentos a sitios específicos del organismo, pero criticó que la mayoría de los estudios al respecto han fallado o son solo propuestas.

Durante la conferencia “Nanocápsulas de biomateriales y aplicaciones materiales”, la especialista precisó que de al menos 10 mil estudios de nanopartículas para su uso como vehículos para llevar medicamentos al cuerpo, menos de 5 han llegado a ser utilizadas o probadas.

Para solventar este problema, detalló Landfester, el Instituto Max Planck promueve una visión multidisciplinaria para que especialistas en materiales y nanotecnología trabajen con médicos, biólogos y otras áreas del conocimiento para detonar estrategias de síntesis y producción que lleve a proyectos que solucionen problemas de forma más eficiente.

Los resultados de este trabajo, añadió, han permitido que se utilicen, por ejemplo, nanopartículas para proteger cultivos, específicamente para combatir la yesca, una enfermedad que afecta el tronco de plantas como los viñedos y que es considerada un gran problema en Europa.