¡YO LOS PERDONO ¡

López Obrador integra su propia “mafia en el poder”; le ofrece perdón a los narcos y amarra alianzas con Elba Esther Gordillo, Napoleón Gómez Urrutia y Javier Duarte

Obsesionado con ganar la Presidencia de la República en este, su tercer intento, Andrés Manuel López Obrador ha venido cometiendo una serie de errores inexplicables, que podrían costarle muy caro. El Peje, como lo conocen casi todos los mexicanos, ha prometido que, de llegar a la Presidencia, piensa otorgarles el perdón a los narcotraficantes culpables de la violencia que desde hace casi doce años azota al país, y que son responsables de cientos de miles de muertes violentas y de decenas de miles de personas que se encuentran desaparecidas. Paradójicamente, al mismo tiempo que le ofrece perdón a los delincuentes, mantiene un frente abierto en contra del Ejército y de la Marina, y de la valerosa lucha que éstos han emprendido en contra de la delincuencia.

No conforme con eso, el Peje López Obrador ahora ha comenzado a establecer alianzas con personajes “oscuros” de la historia de nuestro país, como la muy odiada maestra Elba Esther Gordillo, a quien se responsabiliza de haber saqueado las arcas del magisterio durante las más de dos décadas que estuvo al frente del magisterio, y a la que se le atribuye una fortuna tan cuantiosa que fácilmente podría costear no una, sino varias campañas presidenciales.

López Obrador también ha establecido una alianza con el ex dirigente del sindicato minero, Napoleón Gómez Urrutia, exiliado en Canadá y prófugo de la justicia mexicana desde hace doce años, acusado de haberse quedado ilegalmente con más de 40 millones de dólares que le pertenecen a los agremiados a dicho sindicato. A éste, al igual que a los narcos, López Obrador le ha ofrecido el perdón, y hacer todo lo posible para que pronto pueda regresar a México y que continúe dirigiendo el sindicato minero.

  NO SON LOS ÚNICOS

El periodista Carlos Loret de Mola publicó este miércoles una columna titulada “La mafia del poder”, en la cual describe todas las alianzas que López Obrador ha venido realizando. Loret escribe:

“El símbolo nacional de la corrupción: Elba Esther Gordillo “La Maestra”. El otro símbolo nacional de la corrupción sindical: Napoleón Gómez Urrutia “El Napito”. Los maestros más repudiados por la sociedad porque se dedican a marchar con vandalismo en lugar de dar clases: los de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).

El hombre acusado de quedarse con el dinero de estancias infantiles: Alberto Anaya. El hombre acusado de desviar dinero para las campañas de la izquierda: René Bejarano. El hombre acusado de desviar dinero para las campañas de la derecha: Lino Korrodi. El hombre acusado de robarse las elecciones presidenciales cuando era priista: Manuel Bartlett. Y el hombre acusado de robarse las elecciones estatales cuando era priista: José Guadarrama. La mujer a la que señaló él mismo como personera de la mafia del poder: Gabriela Cuevas.

El ex jefe de gobierno bajo sospecha: Marcelo Ebrard. El ex gobernador bajo sospecha: Leonel Cota. El ex delegado bajo sospecha, Víctor Hugo Romo. El otro ex delegado bajo sospecha, Ricardo Monreal. El que estuvo acusado de la tragedia del News Divine, Francisco Chiguil. El que está acusado del narcogobierno en Tláhuac: Rigoberto Salgado. Y el de Michoacán: Fausto Vallejo. El de los desfiguros en Acapulco: Félix Salgado Macedonio.

El empresario regio al que repudian los empresarios regios: Alfonso Romo. El alcalde del que marcan distancia los alcaldes: Cuauhtémoc Blanco. El académico con el que no se juntan los académicos: John Ackerman. El mando de la Marina con el que no se llevan los marinos: José Manuel Solano Ochoa. El especialista en seguridad que nunca ha trabajado en temas de seguridad: Alfonso Durazo.

El partido que se fundó como enemigo jurado de la izquierda: el PES. Y el partido que fundó su enemigo jurado cuando era presidente: el PT.

Seguramente me faltaron muchos. Lidercillos locales, caciques vecinales, figuras polémicas y propagandistas en entredicho. Operadores públicos y aliados secretos. Quedará de tarea a los lectores completar la lista.

Andrés Manuel López Obrador lleva años lanzando a su basurero de “la mafia del poder” a varios que merecen mucho más que ese epíteto. Pero también a otros, injustamente.

Al ver su alineación para el 2018 estoy seguro que la próxima vez que tenga el impulso de descalificar a rajatabla, a quienes no están de acuerdo con él, se lo pensará dos veces”.

LA VENGANZA DE ELBA

Por su parte el periodista Raymundo Riva Palacio, en su columna Estrictamente Personal, dio cuenta esta semana de la alianza de Elba Esther Gordillo con el Peje, la cual ya se vislumbraba desde que un nieto de la odiada maestra se sumó a las filas de Morena, el partido que, como si fuera un negocio personal, maneja a su antojo López Obrador:

“La maestra Elba Esther Gordillo comenzó la venganza contra el presidente Enrique Peña Nieto, a quien responsabiliza directamente de meterla a la cárcel acusada de delincuencia organizada y lavado de dinero. La maestra quiere que el PRI pierda la presidencia y que se desintegre la candidatura de José Antonio Meade. El vehículo es el apoyo a Andrés Manuel López Obrador, y la acción más dramática tras ese respaldo se dio este fin de semana al intentar reventar la XLIV Sesión Extraordinaria del Consejo Nacional (del sindicato de maestros) en Puerto Vallarta.

La contraofensiva inició el viernes, cuando, en forma casi coordinada, se presentó un amparo interpuesto por tres maestros del sindicato en Baja California, Campeche y Chiapas para suspender de manera provisional las funciones de Díaz como presidente del Consejo General. Dos jueces, en Campeche y Chiapas, desestimaron la solicitud de suspensión por tratarse, precisamente, de un interinato. Pero uno en Tijuana le dio entrada. Quien convenció al juez de otorgar la suspensión fue Juan Iván Peña Neder, exfuncionario de la Secretaría de Gobernación en el gobierno de Felipe Calderón, que estuvo preso hasta 2013 por haber presuntamente traficado con permisos para casinos.

Peña Neder es una figura interesante en el entramado de la ofensiva de la maestra contra el presidente Peña Nieto y sus colaboradores. Hace tiempo se vinculó con el yerno de la maestra, Fernando González, con quien organiza actos con los grupos integrados a las llamadas redes sociales progresistas de Morena y con comités en todo el país. González dijo que él no estaba detrás de los amparos, pero su camarada de acciones políticas en los últimos meses, sí. Peña Neder ha estado muy cerca del círculo interno de la maestra, y fue quien llevó a René Fujiwara (nieto de Elba Esther) con López Obrador. Morena ha dicho que Peña Neder no es miembro del partido ni tiene funciones asignadas de manera oficial, lo que no ha impedido que, junto con González, lleve meses trabajando para López Obrador”.

PERDÓN A LOS NARCOS, Y ATAQUE AL EJÉRCITO

No conforme con haber ofrecido el perdón a los narcotraficantes responsables de cientos de miles de muertes en el país, el Peje se ha dedicado a atacar a las fuerzas armadas, y a desestimar su lucha contra la delincuencia organizada.

El más reciente capítulo de este enfrentamiento con el Ejército, lo protagonizó López Obrador la semana pasada, cuando lanzó duros ataques contra el Secretario de la Defensa Nacional, el General Salvado Cienfuegos, uno de los hombres más respetados en el país.

Así lo consignó en Excélsior el periodista Jorge Fernández Menéndez:

No se puede concluir el análisis de lo realizado por el candidato de Morena, Andrés Manuel López Obrador en la precampaña, sin abordar un capítulo central de su forma de hacer proselitismo y que ha constituido una constante en sus tres campañas electorales: sus rupturas, por lo menos en el discurso y a veces en los hechos, con las principales instituciones del país. En esta última semana de precampaña se fue contra los medios de comunicación y los comunicadores críticos con su persona, con las Fuerzas Armadas (y sobre todo con el general Salvador Cienfuegos, secretario de la Defensa Nacional) y con la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

No es un apunte menor: son tres instancias de control real que tiene un presidente de la República, instituciones civiles, militares y judiciales que determinan los espacios reales sobre los que se puede mover el Ejecutivo. En el caso de los medios, la descalificación de Silva Herzog Márquez, Krauze y Riva Palacio fue de la mano con una mayor a los medios de comunicación, a periodistas e intelectuales. Incluso la disculpa que supuestamente pronunció Andrés Manuel no fue tal. “Siempre voy a respetar el derecho a disentir, dijo, pero de vez en cuando, cuando se pasan y pontifican, pues yo aclaro, si se ofenden ellos y otros, pues ofrezco disculpas… Si se ofenden los de la mafia del poder, porque se les llama de esa manera, pues es que no tengo otra manera de llamarles; mafia de poder es un concepto que significa oligarquía y se entiende mejor”, explicó. Luego dijo en entrevista que usa un lenguaje “lapidario” y que los “atiza” porque “es necesario”. ¿Dónde está la disculpa?

Pero es mucho más grave, su ruptura con el Ejército y las Fuerzas Armadas, en particular la notable falta de respeto con el secretario de la Defensa, el general Salvador Cienfuegos, un hombre con una carrera profesional intachable, institucional, y que jamás ha agredido públicamente ni a López Obrador ni dirigente político alguno. El candidato de Morena lo acusó de ser un “matraquero de Meade” por criticar la inaceptable propuesta de amnistía a los criminales (una propuesta que es ilegal y por ende criticable); de hacer “politiquería”; de reprimir al pueblo y quizás por eso Andrés Manuel no ha pronunciado jamás una palabra en solidaridad con los soldados y policías asesinados por el crimen.

Y es que para Andrés Manuel la lucha contra el crimen organizado es una lucha “del pueblo contra el pueblo”. Olvida, entre muchas otras cosas, que el pueblo es la víctima de los criminales y ellos son los victimarios. Por eso los índices de aceptación de las Fuerzas Armadas son casi tres veces más altas de las que tienen Morena o López Obrador (o cualquier partido político) y su labor está respaldada por una relación profunda con muchos sectores de la población, defendiendo desde su seguridad y patrimonio hasta su vida y sus bienes en casos de desastres naturales.

El secretario de la Defensa contestó indirectamente con un notable discurso el viernes pasado con motivo de la 105 conmemoración de la marcha de la lealtad, un discurso que vale la pena leer completo, pero que tiene dos o tres frases que se deben registrar, la principal cuando dice, luego de defender la institucionalidad militar, la lealtad con honor de las Fuerzas Armadas apegada estrictamente a la ley, que “por eso la lealtad no puede fundarse en el engaño, donde se privilegia el honor, no tiene cabida la mentira, donde hace falta el honor, la lealtad se convierte en complicidad. Actuar con lealtad es valorar las enseñanzas de nuestra historia, guiarse con justicia y rectitud, reconocer las buenas acciones de los demás, preservar la confianza mutua y acatar a ley, pero sobre todo es trabajar por el bien común y la grandeza de México, las conductas contrarias a estos preceptos llevan a la deslealtad y a la traición”. Recuerde eso de lealtad sin honor es complicidad.

EL PERDÓN A NAPO

De acuerdo con Forbes, López Obrador afirmó que, de ganar los comicios, creará las condiciones para que el dirigente sindical minero, Napoleón Gómez Urrutia, regrese a México de su exilio en Canadá.

“Aquí les doy a conocer que, al triunfo de nuestro movimiento, vamos a crear las condiciones para que regrese Napoleón Gómez Urrutia del exilio, que pueda estar aquí en México representando a los trabajadores mineros”, señaló durante un evento en Zacatecas, de acuerdo con medios nacionales.

López Urrutia se encuentra prófugo de la justicia en Canadá, acusado del desvío de 125 millones de pesos de cuotas del sindicato minero, y de 54 millones de dólares de un fideicomiso que debieron ser entregados como indemnización a los trabajadores de la Minera Cananea.

Los propios mineros, acusan a Gómez Urrutia de estar financiando la campaña presidencia de López Obrador, lo cual explicaría la intención de éste por exonerarlo en caso de llegar a la presidencia.

PACTO CON DUARTE

Diversos medios de comunicación de Veracruz dieron a conocer la existencia de un pacto entre el ex gobernador Javier Duarte, y el círculo cercano a López Obrador.

Criterio Universal y Noticias Veracruz publicaron que el ex gobernador, Javier Duarte, entregó 200 millones de pesos al candidato de Morena al gobierno de Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez, en tres entregas entre abril y mayo de 2016. Así lo prueban videos que obran en poder de la PGR.

Las entregas fueron parte de un acuerdo negociado entre Duarte y Morena en marzo y abril del 2016, en el que intervinieron la esposa del entonces gobernador, Karime Macías, su prima Córsica Ramírez Tubilla, el diputado Federal Alberto Silva Ramos, el entonces delegado en Cuauhtémoc, Ricardo Monreal, la diputada morenista Rocío Nahle y Horacio Duarte, presidente de Morena en el Estado de México.

Las entregas de dinero en efectivo se hicieron en la residencia oficial del entonces gobernador de Veracruz, Javier Duarte, llamada “Casa Veracruz”, las noches del domingo 24 de abril, el viernes 6 de mayo y el lunes 23 de mayo. En esas ocasiones, se escucha la voz de Duarte decir a Cuitláhuac García que ese dinero “va para las estructuras”, a lo que el candidato de Morena le responde tener garantizados 900 mil votos.

En las tres reuniones mencionadas, solo se encontraron Javier Duarte, Cuitláhuac García, y un tercer personaje identificado como Gabriel Deantes, considerado el enlace entre el gobernador de Veracruz y Morena. Éste, que hoy se encuentra vinculado a proceso por el delito de peculado, había sido Secretario del Trabajo y subsecretario de finanzas del gobierno de Veracruz.

Presumiblemente, los doscientos millones de pesos fueron producto de una negociación entre Duarte y la cúpula de Morena para frenar el crecimiento de Miguel Ángel Yunes, hoy Gobernador del Estado, quien fue el candidato de la alianza PAN – PRD.

De acuerdo a fuentes cercanas a las negociaciones, cuya identidad se reserva, los primeros contactos habrían tenido lugar a finales de marzo, después de que el candidato priista, Héctor Yunes Landa, realizara fuertes críticas a la labor del gobierno de Duarte de Ochoa. Fue en ese momento cuando el ex mandatario estatal encargó a Deantes realizar gestiones “urgentes e inmediatas” para apoyar a Morena y crecer, siempre y cuando frenaran a Miguel Ángel Yunes.

“El gobernador Duarte tenía la convicción de que su suerte estaba echada si triunfaba el PAN, y le inquietaba también la posibilidad de un triunfo de su propio partido, pues tenía una muy mala relación con el candidato Héctor Yunes, pero además, y más importante, con Manlio Fabio Beltrones”, confió uno de los testigos de las negociaciones.

La negociación de Gabriel Deantes, se llevó en dos niveles: uno con la dirigencia local, pero también con el primer círculo de López Obrador en el DF., que incluía a Ricardo Monreal, a Rocío Nahle, Coordinadora de los Diputados Federales de Morena, y a Horacio Duarte, presidente de Morena en Edomex , mismo que participó en la elección veracruzana como delegado.

 

DINERO A LA CAMPAÑA

¿Cuál es el común denominador en todos estos casos? El dinero que López Obrador podría recibir para financiar su campaña. Dinero de los narcos que reciban el perdón; dinero de Elba Esther, del que se apropió cuando fue líder sindical; dinero de Napito, de los millones de dólares que obtuvo ilegalmente según las acusaciones que pesan en su contra; y dinero de Javier Duarte, del desfalco que efectuó en Veracruz, y que hoy lo mantiene tras las rejas. Esos son los aliados de López Obrador, los que integran su propia “mafia del poder”, y a los que él, cual si fuera un mesías, ya perdonó. (EL HERALDO)